COMPARTIR
¿Con
qué “pan” alimento yo mi vida: el del afán
 de dinero, de poder, de comodidad…; o con el
“pan” 
del
servicio, acogida, solidaridad,
alegría,
cultura...?.
Muchos
problemas no se soluciona comprando,
sino
compartiendo.
La
vida consiste en aprender  a
convivir,  a compartir
 y a colaborar en el camino  de 
todas las personas
hacia
la fraternidad universal.
Compartir
con quien nada tiene,
 pero que es digno de todo, a sus ojos
 y a los de Dios.
Compartir
no sólo lo sobrante,
también
lo que hemos robado,
y
hasta lo necesario.
Compartir
por justicia, por amor,
sin
llevar cuenta, hasta que el otro
 se sienta a gusto.
Compartir
con sencillez y entrega,
sin
creerse superior o mejor,
sin
exigir cambio o reconocimiento.
Compartir
valores que humanizan en todo tiempo,
en
todo lugar, en toda ocasión,
ahora,
¡ ya!.  
Compartir,
o al menos intentarlo;
nunca
en soledad, siempre en compañía;
nunca
para salvar y menos aún para sentirse salvado;
sencillamente
para hacer posible el COMPARTIR,
como
Tú, Señor.  
 Ulibarri Fl.

 
 
