sábado, 21 de julio de 2012

DICHOSO EL QUE VE...

 
EMINENTÍSIMA  PERFECCIÓN

Dichoso el que ve no viendo;
y el que sabe no saber;
y el que está muerto viviendo;
y el que es rey obedeciendo;
y siendo, llegó a no ser.

El que es deshonrado honrando,
loco cuerdo, y pobre rico,
el glorioso tormentado.

El contento atribulado,
triste alegre, grande chico.
el que sólo un bien procura,
porque sólo un bien conoce,
el que alcanzó tal ventura,
que halló modo cómo goce
su bien en toda criatura.

El que de la nada al todo
se anda siempre paseando
con tal gentileza y modo,
que, a solo Dios estimando,
lo juzga por nada todo.

El que, fuera de bajar,
se dio tal prisa a subir,
que pudo hasta Dios volar;
el que supo caminar
a la vida por morir.

Y viviendo allá en el pecho,
de la Majestad sagrada
rico, alegre y satisfecho,
le dio a Dios para morada
limpio aposento, aunque estrecho.

El que supo tanto aquí
que en el corazón de Dios
se entró, huyendo de sí,
y permaneciendo allí
uno, hizo amor de dos.

Y allí en perpetua memoria
quedó como amante fiel,
lleno de gozo y de gloria,
él en Dios, y Dios en él,
celebrando esta victoria.

Antonio de Rojas

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