sábado, 28 de julio de 2012

VIVIR ENTRE PARADOJAS


VIVIR ENTRE PARADOJAS

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos   
edificios más altos y temperamentos más reducidos,
 carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos.

Gastamos más pero tenemos menos,
compramos más pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes y familias más chicas,
mayores comodidades y menos tiempo.

Tenemos más grados académicos pero menos sentido común,
mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio,
más expertos pero más problemas,
mejor medicina pero menor bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado,
reímos muy poco,  manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado,
nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados,
leemos muy poco, vemos demasiada
televisión y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero
reducido nuestros valores.

Hablamos demasiado, amamos demasiado
poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir.
Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años.

Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos
hace dificil cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino.

Conquistamos el espacio exterior,  pero no el interior.

Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma.

Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos más, pero aprendemos menos.
Planeamos más, pero logramos menos.

Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.

Producimos computadoras que pueden procesar
mayor información y difundirla, pero nos
comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta,
de hombres de gran talla y cortedad de carácter,
de enormes ganancias económicas y
relaciones humanas superficiales.

Hoy en día hay dos ingresos pero más divorcios,
casas más lujosas pero hogares rotos.

Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables,
moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y 
píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar.

Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y
muy poco en la bodega.

Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta,
y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o
simplemente borrarlas.

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos, porque
ellos no estarán aquí siempre.

Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira,
porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro
 que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos,
pero sobre todo dilo sinceramente.

Un beso y un abrazo pueden reparar una herida
 cuando se dan con toda el alma.

Date tiempo para amar y para conversar,
y comparte tus más preciadas ideas.

Y siempre recuerda:
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento,
 sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

George Carlin.
(Comediante de los años 70 y 80)

1 comentario:

  1. Gran texto para leerlo muchas veces y no dejar de reflexionar en cada párrafo o cada frase.

    Destaco la de : "Hemos multiplicado nuestras posesiones y hemos reducido nuestros valores"
    Un saludo

    ResponderEliminar