sábado, 9 de junio de 2012

CANCIÓN CON DULCE MELODÍA CONVERTIDA EN ORACIÓN.









Tú eres la vid verdadera,
Señor, tú eres mi vid.
 
Sarmiento soy de tu cepa,
sarmiento injertado en ti;
no puedo dar ningún fruto
si no vives tú en mí.
 
Estoy, Señor, en tus manos,
Te vuelvo a dar hoy el sí;
arranca cuanto esté seco,
cuanto quieras poda en mí.
 
Tu savia pido, Señor,
que es vida para mi vida;
que regenera mi alma
y la colma de alegría.
 
Permanecer en tu amor,
saber que yo soy tu amigo;
no tengo ya más deseos
que vivir siempre contigo.
 
Mons. D. Felipe Hernández Hernández
Obispo Emérito

No hay comentarios:

Publicar un comentario