La ternura, cercana al dolor de las personas,
es un signo claro de la presencia de Jesús junto a los que sufren.
Por eso un gesto de afecto fraterno y sincero que produce alegría y optimismo,
haciendo felices a las personas.
Sin duda, creo que ése es "mi santo y seña"
en el cuidado de mis pacientes
. Y esto me hace enormemente feliz.
Joseph Falcky