El secreto está en permanecer en Jesús, en escuchar y hacer vida su Palabra.
Ha sido y es también el mío.
Por
eso, aunque sufra y puesto que mi vida esta afianzada en la VID, deben
florecer en mi los frutos de la paciencia, comprensión, serenidad,
servicialidad, ilusión, entrega, alegría,... etc.
Por ningún concepto deben hacer mella el desánimo, la tristeza...
u otros pensamientos o emociones negativas.
Como buen sarmiento "dejo que los poros de mi alma estén bien abiertos para que la savia de la Vid sea la que vivifica todo mi ser".
Tal y como decía un joven, "Cristo, la
Vid, y cada uno de nosotros somos mayoría absoluta"
y nada, ni nadie
puede arrebatarnos la ilusión, la esperanza y el optimismo.
Joseph Falcky