AMOR DE CORAZÓN
Desde lejos escuché Tu Voz en el prado que floreaba,
y la confundí con el
ruido del agua cristalina del lago
que contemplaba, en cuyas aguas repentinamente se
reflejó el sol, dibujando
allí un corazón. Y Tu Voz:
“Que lo sepan todos los que aman:
Yo Soy el que dio al amor su corazón”.
Dios me otorgó tal corazón,
que al instante me lancé
a adorarle.
¡Tan pronto estalla de gozo, como derrama lágrimas!.
Cuando se endurezca mi corazón, Dios mío ven a mi
como un rocío de misericordia.
Cuando la gracia de la vida se me haya perdido,
ven a mí con un aluvión
de canciones.
Cuando mi corazón terrenal
esté acurrucado
cobardemente en un rincón,
rompe Tu mi puerta, Dios
mío, y entra en mi
con tu Fuente de Vida.
Cuando la oscuridad ciegue mi entendimiento con engaño,
y yo entre en cólera,
¡Vigílame Dios mío,
haz que la nube de tu gracia descienda
y se incline hacia mí,
como la mirada llorosa de
una madre,
el día de la ira paterna!.
Parte tu corazón y mira lo que hay dentro:
El amor es como una rosa que difunde su fragancia
sin
distinciones a todos:
buenos y malos, jóvenes y ancianos, humanos y animales…
El amor se da con gratuidad, como el aroma de una rosa,
sin pedir nada a cambio.
El amor es espontaneidad, como el de una rosa,
que ofrece su fragancia
porque no puede hacer otra cosa,
independiente de que haya alguien o no
que disfrute de ella.
El amor es libre, como un rosal.
El rosal no va a hacer
nada por arrastrarte y esconderte
cuando quieras huir del conflicto.
Desde el momento en que entran en juego la coacción,
el control o el conflicto,
en ese preciso momento el
amor muere.
Aunque vivas en un mundo dominado por la lucha,
Permanece en el lugar de la paz.
Agárrate fuertemente a la luz de tu Alma.
Deja de prestar tanta atención a tu pensamiento
y concéntrate en tus
buenos sentimientos,
porque en ese preciso
momento
el corazón tiene razón.
Joseph Falcky
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