LA ANGUSTIA Y LA CONFIANZA
No te preocupes excesivamente por lo que debes hablar
o como lo debes decir en una conversación. No hemos de obsesionarnos con los
oyentes y su posible juicio, sino hablar de lo que sentimos en nuestro
corazón, de lo que genuinamente pensamos y deseamos decir en ese momento. Dentro
de nosotros percibimos lo que queremos decir y para ello, es fundamental prestarle
oído a tu interior, ENTRAR EN CONTACTO CONTIGO. Esto te liberará de la angustia
frente al juicio de los demás. Estate en ti, no en los demás. Permíteles a
los otros pensar y decir lo que quieran, pero recuerda que:
§ No necesitas
estrujarte la cabeza para saber lo que piensan: no eres adivino de mentes.
§ No dependes
de su juicio, no estás ante su tribunal y no te estremezcas ante su sentencia.
§ No tienes
que demostrar lo que vales, eres sencillamente tu mismo.
§ No tienes
que someterte continuamente a la presión de tener que quedar bien con los
demás.
§ No tener que
justificarte te quita presión y te aporta serenidad y confianza en ti mismo.
Cuando no se ha sido AMADO INCONDICIONALMENTE en la
infancia (y tan solo nos sentíamos
queridos cuando hacíamos lo que nuestros progenitores querían y como lo
querían) es una prueba que cuesta superar ya que tenemos grabado en nuestro
subconsciente más profundo la falsa creencia de que hemos de hacer “méritos”
para que los demás nos proporcionen la estima que tanto ambicionamos, y que es
horrible si no la obtenemos. No hay que entrar en el victimismo de culpar a
nuestros padres, tan solo se trata de abandonar esos juegos
autodestructivos y dedicarnos a vivir genuinamente en consonancia con lo que
realmente somos y deseamos para nuestra vida.
Para no paralizarte por la angustia, has de ACEPTARLA
y familiarizarte con ella. La angustia paralizante te señala las falsas presuposiciones
fundamentales de tu vida: por ejemplo, la presuposición fundamental de que no
debes cometer errores porque, de lo contrario, serías menospreciado por los
demás. En el momento en que le pones luz y te das cuenta de esta falsa
presuposición que hay en ti, le quitas su poder, la transformas en la
autorización sana siguiente: Puedo cometer errores. Soy valioso también con
mis errores.
La confianza en uno mismo no significa en absoluto
presentarse hacia fuera como una persona segura de sí misma, quien se limita
a hacer constar únicamente sus puntos fuertes vive siempre angustiado ante la
posibilidad de que le quiten la máscara de la cara, en cambio, quien acepta
con serenidad también los propios errores y traba la amistad con sus lados
sombríos, puede entablar relaciones tranquilas con otras personas. No siente
angustia ante la posibilidad de que los demás puedan descubrir sus debilidades.
Las conoce y las asume, pero no las pregona a los cuatro vientos, ya que quien
pregona sus debilidades, usualmente lo hace para distraer la atención de los
demás sobre otras debilidades más profundas que posee.
Confianza es ante todo entrar en contacto con ese
núcleo más íntimo y tomar conciencia
de que eres único e irrepetible, independientemente
de lo que los demás piensen de ti. Esto da libertad y paz interior.
Anselm Grün
Del libro: La Confianza
Muchas gracias, las palabras son de mucha ayuda!
ResponderEliminarBienvenida a este Blog y Gracias por seguirlo.
ResponderEliminarEl apego es una de las principales causas de miedo.Y nosostros mismos somos nuestros propios carceleros puesto que vivimos apegados a las cosas, a los dogmas, a las ideologías, a las opiniones, a los juicios propios y sobretodo a los ajenos. No he de apegarme a nada, porque el apego es miedo, y el miedo es un impedimento para amar.
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Joseph Falcky